martes, 29 de marzo de 2011

Pesca de Sargo con flotador o boya.

Una de las especies más apreciadas en la pesca con boya o flotador es el Sargo.
Este especie se caracteriza por ser muy luchadora, por su relativa abundancia y que suele moverse en muchas ocasiones en grupo, por lo que suelen proporcionar una buena jornada de pesca
Del sargo podemos decir que antaño fue una especie muy abundante en nuestras costas, por lo que era fácil su pesca con equipos más o menos adecuados, y era raro el día que se iba a por ellos y no se capturaban bastantes ejemplares.
Hoy en día, sin embargo, se ha de afinar bastante puesto que la escasez, unida a una mayor selectividad de las piezas hace a los sargos una de las especies más esquivas de nuestras costas.
Una de las máximas a la hora de buscar sargos es tener muy claro el estado de la mar que les favorece. Aguas calmas, sin apenas movimiento se alejan de lo ideal para esta especie, por tanto debemos buscar esas zonas rocosas expuestas al oleaje donde el agua está muy agitada pero clara.

Las  zonas de acantilados junto con las playas de “bolos”, rocas sueltas de buen tamaño salpicadas con arena y otras piedras mayores, resultan ser las mejores zonas para la pesca del sargo. En estas zonas puede encontrar sus presas habituales, cangrejos, camarones, algas, mejillones... y encuentra refugio en las cuevas y “agujeros” donde son buscados normalmente por los pescadores submarinos.

Técnicas más apropiadas:
Para pescar el sargo con garantías es necesario utilizar un buen cebado. El cebado correcto de las aguas permitirá centrar los sargos en nuestra zona de pesca, pero al igual que los puede atraer un buen cebado, si no tenemos en cuentas las corrientes lo más probable es que nuestro engodo acabe muchos metros alejados de nuestro puesto y los sargos tras el.
Para cebar bien tenemos que tener en cuenta la velocidad de la corriente y la orografía del terreno donde pescamos.
No tiene sentido por ejemplo, hacer bolas de engodo muy compactas y duras en escolleras, puesto que las bolas rápidamente se perderán entre las grietas de las piedras, y tampoco tiene mucho sentido aplicar un engodo suelto cuando tenemos 5 o 6 metros de profundidad y un oleaje unido a corrientes muy importante.

Teniendo en cuenta estos dos factores tenemos varias opciones para realizar el cebado de las aguas.
- La primera de ellas es el empleo del clásico “salado” de venta en tiendas de pesca que no es mas que una pasta de sardina salada y posteriormente triturada. Este tipo de engodo es muy compacto, aguanta bien en el fondo y permite que se le añada un alto porcentaje de tierras que permitan darle más peso y evitar así que se vea arrastrada por la corriente mientras llega al sitio elegido por nosotros.
- Otra opción es el empleo de engodos comerciales que incluyan un alto porcentaje de queso y algo de harina de pescado. Hay marcas que incluso ya tienen en sus catálogos engodos especial sargo y que realmente funcionan bastante bien siempre que las condiciones de corrientes no sean muy elevadas.
- El último de los métodos es el empleo de erizos y mejillones machacados sobre las rocas que mojan las olas, que proporcionarán al agua el aroma más atractivo para estos peces. El inconveniente de esta técnica es que la disponibilidad de erizos y mejillones es normalmente escasa y no llegarían a cubrir la cantidad necesaria para conseguir desarrollar toda una jornada de pesca.

Una vez tenemos el cebo y el lugar sólo nos queda saber cuando y como. Respecto al cuando, las mejores horas son sin duda el anochecer, la morralla deja de incordiar y las picadas tardan en sucederse hasta que entran los sargos. ¡ Desde ese momento puede ser un no parar!.

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